10 factores a considerar ao escolher uma especialidade:
1. Generalista, Especialista o de Soporte.
El libro divide a los médicos en tres categorías. Los “generalistas” corresponden a quienes velan por la salud global del individuo, haciéndose cargo de la mayoría de sus problemas, y ven una amplia gama de patologías y pacientes. Por lo general se incluye a los médicos familiares, internistas, pediatras, ginecólogos e incluso psiquiatras. Gran parte de su tiempo lo dedican a la medicina preventiva, y generan relaciones de larga duración con sus pacientes. Por su parte, los “especialistas”, corresponden a los médicos que se enfocan en órganos o sistemas más específicos.
Comúnmente, son especialidades más orientadas a los procedimientos, son inter-consultados por los médicos generalistas frente a problemas específicos, y tienen seguimientos menos frecuentes con los pacientes. Por último (y no menos importante), existen los médicos “de soporte”, que corresponden a aquellas especialidades en donde el médico no es el tratante, si no que entrega vital apoyo al diagnóstico, tratamiento o rehabilitación del paciente. Dentro de estas especialidades, encontramos Radiología, Radio-Oncología, Anestesia, Anatomía-Patológica, Rehabilitación y Medicina de Urgencias, entre otras. Estas especialidades por lo general desempeñan su labor dentro del hospital, siendo poco frecuentes las consultas.
2. Contenido Intelectual y práctica clínica
El interés por el contenido intelectual de cada especialidad es fundamental para la proyección profesional del estudiante. Cada área de la medicina tiene directa relación con ciertas ciencias básicas, como la cirugía con la anatomía, la medicina interna con la fisiología y la anestesiología con la farmacología. Es fundamental que el interés sea genuino, es decir, que el estudiante no se obligue a sí mismo a “querer” una especialidad.
“Al elegir una especialidad, el alumno debería contrastar tres factores: el autoconocimiento, a los individuos que practican la especialidad y el contenido de la especialidad”. El autor postula que al tener rotaciones prácticas por cada especialidad, el estudiante se dará cuenta con cual siente más afinidad: A modo de ejemplo, si le gustan los procedimientos, se sentirá más cómodo rotando por cirugía, traumatología o gastroenterología. Si está más interesado en el contacto interpersonal, vibrará en las rotaciones de psiquiatría, medicina familiar y pediatría.
3. Cantidad de contacto con pacientes.
Cuando los alumnos de medicina inician su contacto con los pacientes (ya sean entrenados, hospitalizados o ambulatoriamente), algunos gozan esta experiencia, sin embargo, para otros no es tan atractiva. Dentro del espectro de las especialidades médicas, la cantidad de contacto con los pacientes es muy variable. En algunas, los médicos crean relaciones interpersonales largas con sus pacientes, atendiéndolos por varios años (por ejemplo en Reumatología, Enfermedades Respiratorias, Psiquiatría, y Ginecología, entre otras). En otras especialidades, el contacto con los pacientes es mucho más acotado y enfocado a resolver un problema específico (Cirugía, Traumatología, Medicina de Urgencias). Por último, existen especialidades “detrás del telón”: es decir, por lo general no tienen contacto directo con el paciente, sin embargo, entregan un apoyo fundamental en su cuidado (Radiología, Anatomía Patológica).
Independientemente de la cantidad de contacto con los pacientes, existe un lugar para todos en la medicina.
4. Tipos de pacientes.
Cada área de la medicina se enfoca en un grupo particular de pacientes, con los cuales se generan relaciones médico-pacientes particulares. Aun cuando parezca un estereotipo, y algunos pacientes se desmarquen de la mayoría, por lo general los grupos de pacientes que atiende un profesional son semejantes. Algunos son obvios: los pediatras se dedican a la atención de niños, y los ginecólogos ven mujeres. Sin embargo, otras especialidades también tienen su público objetivo. Los oncólogos, por ejemplo, trabajan con pacientes con enfermedades altamente letales. Los Traumatólogos, en su mayoría ven pacientes jóvenes, deportistas, y sin patología agregada (con sus excepciones). Los Internistas, por su parte, se enfocan en pacientes más envejecidos, con múltiples patologías crónicas.
5. Prestigio, estatus, y expectativas sociales.
La elección de la carrera debería ser una decisión propia del estudiante, sin recibir presiones externas (familia, amigos etc…). Cada especialidad es fundamental para el correcto funcionamiento de un sistema de salud, y la idea de que algunas conllevan más prestigio o status que otras es una mera opinión, basada a veces en premisas falsas. Sin embargo, la competitividad es una característica transversal en la mayoría de los alumnos de medicina. Ya que existen especialidades más requeridas (por distintos motivos), es frecuente que los alumnos de medicina sigan compitiendo durante el pregrado por éstas plazas. Al decidir una especialidad uno está decidiendo el futuro de su práctica laboral. Por esto, no es necesario probarse a sí mismo ni a los demás: al poner de lado las expectativas del resto y la competencia (a veces patológica), es más probable que la elección sea la correcta y termine siendo una persona más feliz.
6. Estilo de Vida
Medicina siempre ha sido una profesión demandante. Turnos, llamados en medio de la noche y largas horas de trabajo son pan de cada día. El autor propone una tesis en este capítulo, diciendo que hace 30 años, los alumnos que estudiaban medicina estaban dispuestos y aceptaban esta forma de trabajar como parte de la profesión; hoy en día, sin embargo, los alumnos están más interesados en poder manejar sus horarios, destinar más tiempo a sus intereses fuera del trabajo, y dedicarse a su familia y amigos. Esto ha generado un cambio en las preferencias de especialidades de los postulantes. Cirugía, Medicina Interna y Ginecología han disminuido en popularidad entre los egresados, a diferencia de especialidades como Dermatología, Oftalmología, Radiología, Medicina de Urgencias y Neurología. Para respaldar esta teoría, el autor se apoya en las estadísticas. En USA, los programas de Cirugía General han visto disminuidas sus postulaciones en los últimos años, incluso quedando cupos sin llenar. Por su parte, en Dermatología, Otorrinolaringología y Oftalmología han aumentado las postulaciones constantemente y se han abierto más cupos en los últimos años.
7. Duración de la residencia.
El tiempo de entrenamiento de un médico es muy variable. Son 7 años de pregrado, y luego debe decidir si se va a especializar o no. Dependiendo de la especialidad que escoja, si va a hacer una subespecialidad, o más aún, hacer estudios posteriores (Doctorados, Fellowships, MBA’s etc…), pueden ser muchos años de perfeccionamiento. Por ejemplo, un Cardiólogo Hemodinamista, debe completar 3 años de Medicina Interna, 2 años de Cardiología, más una especialización en Hemodinamia. Eso significa por lo menos 7 años de preparación una vez egresado. Algunos alumnos están dispuestos a recorrer ese camino; otros, por su parte, desean terminar su entrenamiento antes y dedicarse a su práctica profesional.
8. Dificultad para obtener un puesto en la residencia.
Como fue mencionado previamente, existen ciertas especialidades en las cuales es más difícil ser aceptado. El autor expone un Ranking de Especialidades Médicas, ordenadas de más a menos competitivas, según el porcentaje de vacantes no llenadas en USA. En la categoría “Extremadamente Competitivas”, están Urología, Dermatología, Radio-oncología y Oftalmología. En “Competitivas” están Traumatología, Medicina de Urgencias, Cirugía, Ginecología y Psiquiatría, entre otras. En la categoría “Menos Competitivas” están Anatomía Patológica, Medicina Interna, Pediatría y Medicina Familiar. El autor, sin embargo, presenta un reparo a este Ranking. Al haber más posiciones disponibles en algunas especialidades (Medicina Familiar o Medicina Interna por ejemplo), existe un mayor número de plazas no solicitadas, por lo que se categorizan como “menos competitivas”. Más aún, los mejores programas de estas especialidades siguen captando a los alumnos más capacitados de las escuelas de pregrado.
En breves palabras, el autor propone que los alumnos deben hacer un análisis bastante honesto en relación a sus aptitudes, especialidad que desean y otras alternativas que consideren. Sólo así podrán elegir la especialidad más apropiada.
9. Ingreso económico a futuro.
Aun cuando el ingreso económico a futuro no debería ser el factor principal en la decisión de especialización, es un factor importante a considerar. Muchos alumnos deben pagar créditos estudiantiles, y algunas especialistas recién egresados perciben mayores ingresos que otros, siendo el tema económico un factor bastante considerado por los estudiantes al elegir su carrera.
10. Oportunidades de trabajo y predicciones del mercado laboral.
Las oportunidades laborales tanto en el ámbito público como privado deberían ser un factor secundario al considerar una especialidad a seguir. Sin embargo, los alumnos de medicina están constantemente expuestos a rumores sobre el mercado laboral de las distintas especialidades, los cuales no siempre tienen asidero real.